El hábito de leer es algo que debería fomentarse en todos los niños de todas las culturas. Sostengo un libro en mis manos y a través de las palabras, maravillosas palabras, parezco teletransportarme a otro mundo. Puedo sentir, tocar y casi oler como si estuviera allí. Mi mente fluye, abierta y limpiamente, por nuevos horizontes. Mientras leo nada más existe, solo ese pequeño mundo de fantasía. Sentimientos que llegan a mi corazón y en ocasiones me hace olvidarme de todos mis problemas, porque en ese momento no soy yo, en ese momento soy algo más, soy una parte de ese libro. A través de los libros podemos darnos cuenta de cómo son los autores porque siempre dejan reflejado en sus páginas una parte de ellos mismos. Y si lo hacen bien, también una parte de nosotros puede formar parte de él.
Ahora nuevas tecnologías irrumpen en nuestras vidas y nos alejan de este placer de leer. Ahora, en este mundo en el que pretenden sustituir todo con máquinas, vemos como los libros comienzan a desaparecer. Libros electrónicos que para muchos es una ventaja para mí es un inconveniente. Sentir la textura de las páginas y las palabras...eso nunca podrá der logrado con una pantalla. En una pantalla mi mente no puede viajar, y als palabras no atraviesan el escudo de mis sentimientos. A lo mejor solo es cosa mía, pero las máquinas no deberían convertirse en el centro de nuestras vidas, sino que nuestra mente y nuestros sentimientos deberían ser el objetivo del desarrollo.